El modo en la narración

Modo narrativo[1].

Genette define el Modo narrativo como la representación o más exactamente la información narrativa que se entrega al lector, con más o menos detalles, con una distancia mayor o menor de lo que se narra.  El crítico francés genera dos categorías en este eje: Distancia y Perspectiva.  El este apartado, nos enfocaremos dedicaremos a revisar la primera de ellas.

Gerard Genette define Distancia como relato de palabras, a saber:  el discurso reportado o  estilo directo y  el discurso traspuesto o el estilo indirecto y el indirecto libre.

 Los modos del discurso

Los modos de narrar tienen que ver con las estrategias de presentación del discurso.  ¿Cómo vamos a contar nuestra historia?  Estos modos regulan la información que se entrega y marcan la cercanía o la lejanía del lector frente a lo narrado.

Genette propone tres estilos distintos[2]: el estilo narrativizado, donde el personaje es tratado como un acontecimiento, no se refiere lo que dice ni lo que siente, es el estado más distante y reductor; el discurso traspuesto en estilo indirecto y en estilo indirecto libre es más mimético que el anterior, a pesar de que la presencia el narrador es todavía evidente; y el discurso reportado en estilo directo, que es del tipo dramático y refiere directamente lo dicho por los personajes.  Debido a su uso más frecuente, veremos en primer lugar el estilo directo, el indirecto y el indirecto libre.

 

1.  El estilo directo

Según la doctora Beristáin, “el discurso directo es aquél en que se presentan los parlamentos asumidos por los personajes en enunciados que los reproducen exactamente”[3];  es como si tomáramos una grabadora y reprodujéramos al pie de la letra los acontecimientos de la historia.  Si utilizamos a Caperucita para ilustrar este estilo, nuestro cuento sería así:

Iba Caperucita por el sendero cuando vio unas gerberas moradas enormes, dejó su canasta en el suelo y corrió a cortarlas, cuando iba acercándose a las flores recordó la voz de su madre:

—Tu abuelita está enferma, ¿puedes llevarle algo de comer?  Mira, le preparé este budín que tanto le gusta.

La niña frenó su carrera hacia el interior del bosque porque la voz de su madre seguía sonando en su interior:

—Pero se lo llevas rápido, ya sabes cómo ir, hay que cruzar el bosque, puede ser peligroso si te apartas del camino.  Dicen que un lobo anda rondando, es malo y se come a las niñas, y Caperucita, por favor no hables con nadie en el camino…

“Con quién voy a hablar, si aquí no hay nadie”, pensó la niña.

En el estilo directo “escuchamos” la voz de los personajes tal y como ellos hablan.  En este fragmento “escuchamos” incluso las palabras precisas de la madre desde el recuerdo de Caperucita, y la voz de la niña desde su pensamiento, por medio de los diálogos. Es como si al leer estuviéramos presentes.

2.  El estilo indirecto

En el estilo indirecto la técnica es referir a partir de la relación que hace el narrador de lo que sucedió en la trama sin utilizar guiones ni reproducir literalmente el discurso de los personajes.  Según Helena Beristáin: “Es el estilo de la <<narración>>, el <<discurso narrativizado>> de Genette, que <<dice>> los hechos (y no los <<muestra>>)”.[4]

Si  utilizamos el ejemplo de la Caperucita, sería así:

La niña toca a la puerta y escucha una voz ronca que le ordena que entre, ella recuerda que su madre la mandó porque la anciana estaba enferma y piensa que su abuelita debe estar muy enferma para hablar así.   Entorna la puerta, pero los postigos están cerrados, ella entra deslumbrada, se tropieza con las chanclas de su abuela y en ese momento percibe un olor agrio que la hace recordar el encuentro que acaba de tener con el lobo, inmediatamente piensa que a su abuela le hace falta un baño.  Se detiene al pie de la cama y mira un bulto bajo la sábana, que le pide que se acerque, ella cree que es su abuela. Le dice a su abuela que se perdió en el nuevo camino que le aconsejó un amigo.

En el estilo indirecto contamos lo que dijeron, no reproducimos la voz de Caperucita, ni la del Lobo, sino que referimos lo que dicen los personajes:  que le ordena  que entre, que le pide que se acerqueLe dice a su abuela que se perdió…

3.  El estilo indirecto libre

Es una derivación del anterior y presenta los hechos más mediatizados, bajo el influjo de la personalidad del narrador que los interpreta y así los relata.  Veámos el mismo párrafo con este estilo.

La niña tocó a la puerta y escuchó una voz ronca que la invitaba a pasar, recordó que su madre la había mandado  porque la anciana estaba enferma.   Entornó la puerta, y como  los postigos estaban cerrados, apenas distinguía una silueta recostada en la cama, entre tropezones se acercó, alcanzó a percibir un olor agrio que la hizo recordar al lobo; supuso que su abuela necesitaría que la ayudara a asearse.  Se detuvo al pie de la cama y miró el bulto bajo la sábana. Comenzó a  disculparse por la tardanza y a explicarle que se había perdido porque había tomado un nuevo camino.

En el estilo indirecto libre el narrador tiene mayor distancia de lo que sucede, así que interpreta los hechos y los refiere detrás del tamiz de su punto de vista, por ejemplo ahora no sabemos qué palabras utilizaron los personajes en el encuentro: escuchó una voz ronca que la invitaba a pasar… y Comenzó a disculparse por la tardanza.


[1]  Véase Genette, Op. Cit., pp 180-205

[2] Íbidem.  pp. 182

[3] Véase Helena Beristáin, “Estrategias de presentación del discurso”, Análisis estructural del relato literario, México, Limusa/UNAM, 1999, pp. 129-130.

[4] Idem.


15 Respuestas a “El modo en la narración

    • Directo: Antonella dijo con cierta urgencia –Por favor no me podés dejar una oración común y pasarlo al directo e indirecto –y sonrió–, es para la prueba final –aclaró sonrojada.
      Indirecto: Antonella pidió a la profesora que le escribiera una oración cualquiera en los modos de la narración. No había comprendido bien pero le era urgente para la prueba final.

  1. Gracias, muy didáctica tu explicación… peeero, no logro distinguir bien el discurso indirecto con el indirecto libre; son muy parecidos, a mi modo de ver. Lo peor es que mi profesora Clide, que nos puso un ejercicio que tiene que ver con los tres discursos, volverá a jalarme las orejas, jajajaja. Un abrazo.

  2. Hola Teresa.
    Este encuentro con tu blog, ha sido como el ejercicio maravilloso, si gusta el libro, de Rayuela.
    He leído la técnica del vaivén y, ha sido toda una revelación pedagógica. No soy escritora. Sólo para ordenar mi cabeza. Pero confieso que cuando leo un buen libro, daría el alma, por hacer mía sólo una décima parte de esa magia.
    Porqué escribir bien o, medianamente bien ; desde mi visión de asidua lectora, no suele ser fruto casual.
    Aunque haya plumas tocadas por los Dioses, y que el oficio se codee con la musa ; doy por sentado que escribir tiene que ser un dulce veneno del que una vez probado ya te haces adicto.
    Ha sido un placer encontrarte y gracias por este blog.

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